Corría el mes de diciembre de 1993 cuando Spanair empezó con los vuelos regulares. Esta decisión se tomó después de mantener una serie de reuniones entre los directivos de la chárter y los dirigentes de la empresa madre, el grupo Marsans, al que pertenecían, entre otras empresas, las mayoristas Vacaciones y Trapsatur y las minorstas VIE y Marsans.
Con esta decisión de participar en las líneas regulares, la aerolínea no solo entraba en competencia directa con Iberia sino que también lo hacía con Air Europa, puesto que volaban a los mismos destinos y en los mismos horarios.
Gonzalo Pascual, presidente de Spanair, propuso a las agencias de viajes unas comisiones a percibir por cada billete vendido, que superaban las otorgadas por Iberia. Una propuesta que fue rápidamente aceptada por los directivos de la Federación Española de Agencias de Viajes (FEAAV).
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