Spirit Airlines, una low cost americana, ha cometido un tremendo error. Según publica el New York Post, ha enviado un niño de seis años que viaja no acompañado, a un aeropuerto equivocado, en un avión incorrecto. María Ramos, su abuela, lo esperaba y se encontró con la sorpresa de que el nieto no llegó con el avión.
El niño fue enviado a Fort Myers, en Florida, desde el aeropuerto de Filadelfia, el pasado jueves. Pero la aerolínea se equivocó y lo envió en otro avión a Orlando, también en Florida, pero a unos 350 kilómetros de donde tenía que haber llegado.
La abuela, desesperada, preguntó por Casper, como se llama el pequeño, pero le dijeron que no viajó en el avión. La abuela entró al avión al grito de “¿dónde está mi nieto?”, pero las azafatas le contestaron que no había ningún niño. La maleta, sin embargo, sí viajó y fue recogida por la abuela.
Dentro del desastre, al menos el aeropuerto al que llegó el niño se encontraba a una distancia relativamente manejable, en el mismo estado, por lo que el reencuentro tuvo lugar el mismo día. La aerolínea dispuso de un coche para la abuela, que tras cuatro horas, se encontró con él. La abuela ha pedido una explicación de cómo pudo ocurrir algo así. El niño tenía todos los papeles correctos y el trámite se hizo de forma exhaustiva, por lo que el error resulta bastante difícil de entender.
Me da un infarto, vamos.
Hubo dos errores imporantes, del trabajador del Aeropuerto encargado de hacer llegar al niño al avión, que lógicamente lo llevó al que no era, y de la tripulación del avión que dejó embarcar a un pasajero no registrado, cosa que no me extraña viendo cómo revisan los billetes muchas veces...
Pasotismo vamos.