El aeropuerto más remoto del mundo está en el lugar más inaccesible. Por eso allí Europa envió a Napoleón, temerosa de que pudiera escaparse. En el Atlántico Sur, lejos de todos lados, los ingleses conservan un islote en el que vive muy poca gente y que sólo tiene importancia geoestratégica: la isla de Santa Helena.
Santa Helena sólo fue accesible durante su historia mediante una embarcación que solía partir de Sudáfrica. Pero recientemente le han construido un aeropuerto extremadamente problemático porque tiene vientos difíciles de gestionar.
Este 20 de abril, por primera vez, un Airbus 318 aterrizó allí. El avión pertenece a una charter inglesa, Titan, que fue alquilado por el gobierno para transportar medicinas. El avión, matrícula G-EUNB, llevó 2 toneladas y media de material y a un equipo de médicos.
Como es fácil de imaginar, este avión no puede hacer el trayecto de una vez, por lo que aterrizó dos veces en su viaje: primero en Accra, Ghana y después en la isla de la Ascensión, también británica. En el último salto sí llegó a Santa Helena.
En Santa Helena, la tripulación hizo seis aterrizajes como entrenamiento, porque Titan será contratada para vuelos futuros. Al tratarse de un aeropuerto de la categoría C, se exige que la tripulación tenga un entrenamiento adicional.
Los A318 de Titan pertenecieron a British Airways. En 2017 los compró Titan.
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