Distintas aereolíneas han decidido en agosto ofrecer vuelos a ninguna parte para generar ingresos ante las restricciones de sus operaciones por la crisis sanitaria. El caso más sorprendente es el de la japonsa ANA, que ha movilizado su Airbus A380, que habitualmente realiza la ruta entre Tokio y Honolulu, para pasear a unos pasajeros que fueron elegidos mediante un sorteo debido a la gran demanda para poder volar en el avión comercial más grande del mundo.
ANA ofreció durante los 90 minutos que duró el vuelo de varios cócteles y un paquete de regalos inspirados en la tortuga marina con cuyos colores se ha pintado también este avión, según informa esdiario.com.
Cada pasajero llevaba mascarilla, y aunque la aeronave tiene capacidad para 540 personas, su aforo se redujo al 64% para poder mantener la distancia de seguridad con el fin de evitar contagios. En su discurso de bienvenida, el vicepresidente de ventas y marketing, Shinichi Inoue, explico al público: “No iremos a Hawai, pero hemos intentado que la gente pueda recrear esa experiencia”.
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