Guerra abierta entre un restaurante de Pensilvania y uno de sus clientes. Tras haber pasado una agradable velada en el local, el último decidió dejar una propina de 3.000 dólares al establecimiento.
Jacobson, responsable del restaurante, se mostró muy agradecido, pensando que “alguien estaba de verdad tratando de hacer una obra muy buena”. Pero nada más lejos de la realidad, el cliente remitió un escrito en el que reclamó su devolución.
“Un mes después, recibimos un mail en el que el cliente estaba cuestionando la propina que había dejado”, apunta. Para evitar cualquier tipo de conflicto, los dueños del local decidieron abonar de vuelta los 3.000 dólares.
Sin embargo, y para colmo, la transferencia no fue procesada, y el usuario amenazó con llevarles a los juzgados. Ello encendió la guerra, y ahora es el propio restaurante el que está estudiando emprender acciones legales.
Covendría decir que en país del Tío Sam, las propinas no lo son como aquí lo entendemos, las "propinas" son obligatorias, y de un estandarizado mínimo del 15%. Si cuando te pasan el ticket pagas estrictamente lo que pone en el mismo, lo menos que puede pasar es que te lo reclamen educamente, en el peor de los casos que haya un incidente.
De 15% nada, ya va por 18% y en muchos sitios 20%.
Pues debo decirle que por muy educadamente que lo solicitasen siempre me negué a hacerlo, aduciendo la calidad de turista de paso y llegada la bronca, esgrimiendo a tenor de lo anterior, la mala atención y educación. Si la política laboral que el Sector de servicios en US se basa en la propina cómo salario íntegro y además en negro, me niego a retribuir esclavos. Serán obligatorias para los locales, porque los foráneos podemos hacer un simpa, les guste o disguste. La 5ª enmienda no ampara turistas.