La compañía British Airways dispone de una suerte de protocolo no escrito, en base al que recomiendan que en caso de muerte de un pasajero durante el vuelo, se le ponga el cinturón de seguridad, unas gafas de sol y un vodka-tonic o un ejemplar del Daily Mail con el fin de no alertar al resto del pasaje. Tomando esas medidas, y poniéndole una manta encima, el cliente parecerá dormido.
Según recoge The Telegraph, la responsable de formación de la compañía no recomienda en ningún caso que los cadáveres sean escondidos en los baños ya que el rigor mortis podría dejarlos encajados en el espacio y costaría mucho sacarlos después.
En realidad, no hay una normativa establecida para esos casos, pero una de las azafatas de BA, ha indicado que lo ideal es que se le ponga una manta y se deje al fallecido en un asiento vacío de primera o business, o que se le lleve a las zonas de descanso de la tripulación, y se le deje allí, tumbado y cubierto. Incluso ha habido azafatas que han tenido que pasar el trago de sentarse durante todo el vuelo al lado de un cadáver.
“A Very British Airline” es un documental que ha emitido la BBC este lunes y que recoge éstas y otras curiosidades de la compañía.
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