Por segundo año, se secan las cataratas de Iguazú

Ya estamos en que nadie en estos momentos está planeando irse de viaje a las famosas cataratas de Iguazú. Pero, si tuviera la idea, prepárese para verlas prácticamente sin agua. El periódico local de Misiones, en la parte argentina –las cataratas están en la zona en la que confluyen las fronteras de Paraguay, Argentina y Brasil– destaca que la famosa caída de agua prácticamente está seca.

Río abajo, en Corrientes y Entre Ríos, el Paraná está casi sin agua, teniendo en cuenta los flujos habituales. El menor flujo de agua de la historia reciente tuvo lugar el pasado 13 de junio, cuando se registró el menor caudal del río, con 308 metros cúbicos por segundo. Como las entradas de agua van variando rápidamente, el miércoles 16 ya había habido unas crecida relativa, absolutamente insuficiente para devolver la normalidad, y actualmente se se notifican 438 metros cúbicos por segundo.

No es fácil atribuir esta situación al cambio climático, dado que en 1944 había habido una crisis hídrica de igual gravedad. Sin embargo, lo que es insólito es que esto ocurra por segundo año consecutivo, dado que en 2020 el panorama de las cataratas fue igualmente grave.

Juan Carlos Bertoni, el presidente del Instituto Nacional del Agua de Argentina dijo a la prensa que  “analizamos el comportamiento de todos los ríos y la bajante hidrológica en los principales cauces: Paraguay, Iguazú, Paraná y, en menor medida, en el Uruguay. El Paraná es el que está en estado más crítico en este momento. Del análisis de los registros, la actual bajante tiene características absolutamente extraordinarias”, sostuvo. “La tendencia no es auspiciosa y la situación podría agravarse”, vaticinó.

Por su parte, el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico de este Instituto, Juan Borus, confirmó que “no se espera una mejora sensible en los próximos meses. Julio será especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua fluvial para consumo urbano, por lo que en los próximos meses el río se acercará a esos valores. Literalmente, estamos contando las gotas porque estimamos que habrá una reducción muy drástica de caudales”, señaló.