La aerolínea australiana Qantas no para de dar titulares. El último lo provocó la proyección de una película con sexo explícito en un vuelo entre Sídney y Tokio (Haneda). El sistema de selección quedó bloqueado y todo el pasaje tuvo que ver la única película disponible, que estaba prohibida para menores de edad, aunque no se trataba de pornografía dura.
La película fue seleccionada por la tripulación, pero los que escogieron no se percataron del tipo de material. La aerolínea no quiso indicar qué película era, pero muchos medios dijeron que era Daddio.
Qantas, ante el pequeño escándalo organizado en los medios de comunicación y las redes sociales, ha pedido disculpas públicamente. En un vuelo de este tipo pueden viajar personas de todas las sensibilidades ideológicas y culturales y este tipo de películas emitidas en abierto deben no incomodar a la gente.
Algunas familias con niños a bordo se quejaron de que no había manera de bloquear la película, que ofrecía escenas de tono elevado.
“Claramente no era adecuada para todos los públicos. En un momento dado, al descubrir qué ocurría, se cambió la película. Pero ahora estamos viendo qué no debió de haber sucedido y que hizo posible este error”, dijo la aerolínea.
En esa película ni hay porno ni duro ni blando y por supuesto no hay sexo explícito. Es más toda la película es una conversación entre dos personas en las que efectivamente se habla de sexo, entre otras muchas cosas, pero nada más.
Puede que no sea del agrado de algunas mentalidades que ven el pecado por doquier, pero no es cierto lo que se afirma en la noticia.