Nueve millones de euros gastó el ministerio de Turismo de Italia por un vídeo oficial para captar turismo que tenía un problema: se rodó en Eslovenia, bebiendo vino esloveno.
El vídeo, según cuenta The Guardian, ha sido rodado por el grupo Armando Testa. Se titula “Open to Meraviglia”, (Abiertos a las maravillas), muestra una versión computarizada de Venus, de Botticelli.
No todo el mundo está de acuerdo. Tomaso Montanari, historiador, dijo que la campaña era grotesca y un malgasto de dinero. Las redes sociales italianas arden en críticas.
El vídeo presenta un patio tradicional italiano. Pero quienes lo conocen, han logrado adivinar que no está en Italia sino en Komen, un municipio de Eslovenia. Incluso se adivina que las botellas de vino son eslovenas.
Los productores del vídeo no hicieron comentarios mientras que la ministra Daniela Santanche calificó de “snobs” a los criticaron el empleo de la escultura.
El vídeo, en todo caso, cumple con la exigencia mínima de ser polémico.
Perto todo el mundo habla de ello, de eso se trata. Han creado polémica, con un absurdo como promocionar Italia desde Eslevenia, aunquealgunas zonas eslovenas como croatas tienen mucho en común con Italia, por similitudes y por historia en común, pero ese es otro debate.
Eslovenia es un paraíso en la Tierra, tanto Alemania como Austria y otros países han utilizado sus paisajes para promocionarse como de sus propios recursos se tratara. Es competencia de Eslovenia para perseguir estas prácticas y protestar ante la EU y sus administraciones jurídicas.
Además, Italia compra aceite de oliva español y lo vende como su propio, y en España se vende jamón de pata negra, de los cerdos rumanos... Pero este tema es más delicado.