Un usuario de Twitter, llamado el barroquista, ha reabierto el debate sobre la masificación turística que inunda los destinos de mayor interés en el mundo y contrapone una fotografía de turistas en la ciudad de Éfeso (Turquía) y Disneyland (EEUU), preguntándose ¿Estamos convierto al mundo en un enorme parque temático?
Una reflexión que se ha hecho viral y ha alentado los comentarios de decenas de usuarios que lamentan, en su mayoría, en lo que se han convertido grandes templos y santuarios, playas vírgenes o museos: lugares de peregrinación de miles de turistas con las consecuencias que trae consigo.
La imagen que compara un templo en la ciudad turca de Éfeso y el parque temático Disneyland es igual en cuanto a la cantidad de turistas que albergan estos dos lugares de interés. Una comparativa que bien podría valer para otros destinos como Venecia cuyos habitantes han salido en desbandada por exceso de turistas; Nueva Zelanda que lleva varios años acogiendo oleadas de turistas por ser el escenario de la famosa saga de El Señor de los Anillos, el Museo Louvre de París, cuyos trabajadores han protestado por la excesiva presencia de visitantes o la playa ubicada en la isla Phi Phi Leh donde se rodó la película protagonizada por Leonardo DiCaprio, que fue cerrada en 2018 por la destrucción de sus arrrecifes de coral.
Bueno, está claro que habría que limitar el turismo, en especial, el que han generado las compañías de bajo costo, que se basa en la explotación del viajero y del destino; no contemos el daño medioambiental, también grave. Por eso deberíamos todos, como sociedad, establecer unas directrices que permitan disfrutar un turismo sostenible y resguardar en especial las zonas naturales. Tomemos el ejemplo de los verdes alemanes, claro que ellos llegaron al turismo 15 años antes y por ello han tomado viviremos del problema con antelación. También sería conveniente desestacionalizar ya que las fotos del artículo corresponden a la temporada alta, es decir julio y agosto.