La falta de educación y el exceso de alcohol ha estado a punto de salirle muy caro a un joven turista británico. Este ha sido condenado por un juzgado de lo Penal de Palma al pago de una multa de 180 euros por un delito de coacciones leves, tras ser denunciado por tocar las nalgas de una chica en la piscina de un hotel en Magaluf, según informa Última hora. El hecho tuvo lugar en julio de 2020.
El joven, de 19 años de edad, aseguró no recordar nada de lo ocurrido. "De repente la chica me dio dos bofetones y le pedí disculpas por si le había molestado algo", explicaba. Un alegato que dio sus frutos, ya que la magistrada apreció la atenuante analógica de toxifrenia, al considerar que actuó bajo los efectos del alcohol.
Por su parte, la joven víctima de este acto relató a la jueza que ella y sus amigas conocieron a unos chicos mientras estaban en el agua y que minutos después ocurrió el incidente. "Cuando salí de la piscina uno de ellos vino hacia mí y me agarró del trasero. En ese mismo momento me pidió perdón", aseguró.
Las muestras de arrepentimiento del joven y el uso del consumo de alcohol como atenuante le han salvado de una buena, ya que la fiscalía pedía para el acusado una multa de 3.240 euros. No obstante, el fallo sostiene que "siendo los hechos reprochables penalmente, carecen de la consistencia y gravedad que vertebran el delito de abuso sexual por el que ha sido acusado".
Pues este comportamiento lo genera un nacional y no le libra pasar la noche en el calabozo y a la mañana siguiente, va directo ante esos Tribunales de excepción denominados de Violencia de Género absolutamente inconstitucionales. Doble rasero, porque desde el Consulado británico en la Isla, hasta el Foreing Office mandarían una queja de tamaño calibre que generaría un escándalo internacional al no existir jurisdicción en la materia en la EU ni en democracias del primer mundo dónde se juzgue a los hombres a parte, por ser hombres.