Los huéspedes del Hotel Cecil de la ciudad de Los Ángeles (Estados Unidos) estuvieron utilizando el agua de los depósitios del inmueble sin sospechar que dentro guardaban una desagradable sorpresa: el cadáver de una mujer.
El hallazgo del cuerpo sin vida de la víctima, identificada como Elisa Lam, de 21 años y nacionalidad canadiense, se produjo después de que una pareja de turistas británicos se quejara de la poca presión del agua en su habitación. Cuando el equipo de mantenimiento del hotel fue a indagar el motivo de esta anomalía, se encontró con la macabra escena de un cuerpo inerte en el interior de una de las cuatro cisternas.
Lo peor es que decenas de clientes del hotel, ubicado en el barrio de Skid Row, han utilizado el agua del grifo para asearse, cocinar y hasta beber durante días, y también la cocina del establecimiento y una cafetería la han consumido para sus servicios. La Policía angelina ha recomendado que se evite este consumo hasta que un laboratorio haya culminado las pruebas de salubridad y se hayan desinfectado los depósitos.
Los investigadores están tratando también de averiguar si la muerte de Elisa Lam fue un homicidio o un accidente. Por el momento ha trascendido que la mujer llegó a Los Ángeles sola el pasado 26 de enero y que la última vez que se la vio con vida fue el 31 de enero, cuando fue grabada por las cámaras de vigilancia del hotel subiendo al ascensor, apretando botones y en actitud inquieta.
Hasta que todo se aclare, el Hotel Cecil ha trasladado a los ocupantes de 27 habitaciones a otro establecimiento. Once clientes han decidido quedarse, pero han tenido que firmar un documento en el que se dan por enterados de la situación. La dirección del hotel les está proporcionando toda el agua embotellada que precisen.
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