Un hotel situado en Lebrija, entre Sevilla y Cádiz, ha tenido que colgar el cartel de completo cuando hace unas semanas estaba a punto de echar el cierre por la crisis del coronavirus. Su propietario comenzó a cancelar todas las reservas hasta que ocurrió algo inesperado, milagros. Actualmente tiene el hotel lleno de trabajadores que recolectan guisantes, una actividad que se considera esencial, según publica El Mundo.
Para poder mantener las puertas abiertas el propietario del LB Lebrija Hotel ha tenido que demostrar ante la Guardia Civil y la Policía Local de Lebrija que está alojando a recolectores de guisantes. El dueño del hotel ha tenido que hacerle un ERTE a la camarera del bar de la terraza, que no puede estar abierto al público debido a las limitaciones por el coronavirus.
El LB Lebrija Hotel prepara cada mañana el desayuno de sus huéspedes y gestiona la comida de los recolectores a través de una empresa de cátering. Jesús Moreno, el propietario del hotel desde 2019, paga un crédito bancario tras haber acometido una gran reforma y ha contado que la presencia de estos trabajadores ha sido un respiro para sus cuentas. Su hotel tiene dos estrellas y solo cuenta con ocho habitaciones.
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