Sean Bates es un usuario de redes sociales que vive en Portland, en Oregon, Estados Unidos. Iba caminando cuando se encontró en el suelo con un iPhone con la batería medio llena o medio vacía, según se mire, y en la pantalla, absolutamente intacta, un recibo de dos maletas facturadas en el vuelo 1282 de Alaska Airlines, por un importe de 70 dólares. Bates, que caminaba por la Highway 217, inmediatamente subió a Twitter la fotografía del móvil, con la noticia ciertamente insólita de que el teléfono sobrevivió a una caída de más de 4.500 metros (Un Boeing 737-9 Max nuevo pierde una puerta de emergencia en pleno vuelo).
Sin embargo, cuando Bates avisó a las autoridades que había encontrado ese teléfono, succionado por el aire a algún pasajero del avión, descubrió que no era el único, sino el segundo que se hallaba.
Si el fabricante hubiera querido hacer un anuncio comercial para promocionar la resistencia del teléfono a las caídas y hubiera concebido lanzarlo desde varios kilómetros de altura, habría tenido serios problemas porque necesitaría un avión especialmente alquilado para estos fines. Sin embargo, toda la prensa de Estados Unidos habla ahora de cómo un teléfono llegó a tierra y aparentemente se ha mostrado capaz de resistir tal colisión contra la Tierra.
Afortunadamente, el iPhone tuvo el detalle de caer cuando no pasaba nadie. En todo caso, su contacto con la superficie tuvo lugar en un campo, junto a la carretera, pero sobre tierra blanda. Contra el cemento tal vez su destino habría sido diferente.
No me creo eso ni loca. Se cae al suelo y ya se rompe y lo digo por experiencia