El gobierno de Egipto ha construido un muro de tres kilómetros de cemento y alambre que rodea Sharm el Sheikh, el resort turístico del Mar Rojo, protegiéndolo de posibles ataques terroristas. El enclave se encuentra en la parte sur de la Península del Sinaí y ha sido objeto de ataques, el último de los cuales consistió en poner una bomba en un avión ruso que despegó del aeropuerto matando a todos los pasajeros durante el vuelo.
Con esta medida, las autoridades egipcias esperan relanzar el turismo en el país que había sufrido tras la violencia que más o menos constantemente ha venido azotando el país desde 2011. En 2005, una cadena de atentados provocó docenas de muertos en el enclave.
Para entrar a la ciudad hay que pasar por controles con cámaras y escáneres, con lo que se evita la entrada de explosivos.
La península del Sinaí, situada al este del Mar Rojo, es considerada la zona más peligrosa del territorio egipcio, por la presencia de activistas opuestos al gobierno.
Actualmente –si ignoramos las circunstancias derivadas del coronavirus–, este enclave turístico es muy visitado por italianos y por rusos. Los ingleses frecuentaban el lugar pero los atentados terroristas han llevado a muchas aerolíneas a suprimir los vuelos.
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