Son varias las páginas web que ofrecen la posibilidad de adquirir nuevos seguidores de Twitter a un precio asequible. La mayoría son de origen estadounidense, pero el tirón que han experimentado ya ha animado a otros operadores australianos o de Reino Unido. Los followersson vendidos en paquetes y el coste varía según la cantidad adquirida y, a veces, el plazo para llevar a cabo la transacción.
Por ejemplo, Usocial comercializa un catálogo de packs que van desde 1.000 seguidores en 7 días a 57 dólares hasta 100.000 en un año por 1.197,60 dólares. En Socialkik, los 1.000 followers valen aún menos, 29 dólares. Y en Buy Twitter Followers están de rebajas: 1.000 nuevos adeptos a 17 dólares, según Cinco Días.
Resulta llamativo cómo en otros sites hacen hincapié en el pedigrí de los followers que venden. FanSlave es uno de ellos. El anuncio tal cual dice: "1.000 real targeted follower / 149 euros". La pregunta es obvia. ¿Es que los seguidores ofertados habitualmente son peores?
"Muchas de las cuentas que venden estas empresas son falsas", explica Elvira Aldaz, directora de Planificación Estratégica de la agencia 101. "Son listas robots o de usuarios de países como India o Pakistán, que ni van a entender los tuits publicados", añade.
Los expertos del sector son contrarios a esta práctica, que tachan de "inútil". En el mejor de los supuestos, "los seguidores adquiridos a través de estos canales son zombis digitales, que deambulan por la Red y no saben donde van", dice Francesc Grau, consultor en comunicación digital y autor de 'Twitter En una semana'.
La falta de utilidad puede hacer que los particulares desdeñen este recurso, pero ¿qué ocurre con las agencias de comunicación y publicidad que desarrollan estrategias digitales para clientes corporativos? Éstas tienen unas exigencias a las que dar respuesta y acudir al atajo para alcanzar los objetivos resulta más que atractivo.
Dentro del sector dicen que haber empresas tramposas, haylas, aunque nadie apunta más datos y, menos aún, aprueba lo que consideran una "mala praxis". "Los clientes pueden pedir unos números desorbitados, pero es absurdo acudir a la compra de seguidores, que además no son de tu target. Puede que te evites el trabajo de generar esos followers de manera natural, pero no te servirán de nada", dice Elvira Aldaz. "Solamente compran un número, nada más", explica Francesc Grau, "deberían importarles más la calidad y la fidelidad de sus seguidores".
Con todo, para Aldaz, cabe una excepción: "Esta práctica únicamente tendría sentido para evitar el síndrome del bar vacío". Es decir, para acumular una base inicial de followers y que los que lleguen espontáneamente no huyan ante la exigüidad de público. De hecho, circula en Internet una historia difícil de confirmar sobre la popularidad de la compraventa de seguidores. Algunos blogsaseguran que, cuando Michael Jackson murió, la familia pagó a una empresa para que captara adeptos a una nueva cuenta de Twitter.
La compraventa de seguidores no es coto privado de la plataforma de microblogging. La mayoría de las empresas que operan este mercado también ofrecen el servicio para Facebook, donde el precio de los fans es más o menos el mismo.
En general, a la par que evoluciona la Red y emergen nuevos canales, aparecen trucos en todos ellos. Por ejemplo, es corriente que los bloggers más populares reciban ofertas económicas para que aconsejen determinados enlaces. "En los blogs hay muchos piratas, pero nadie con cierto prestigio accede a estos sobornos", subraya Aldaz.
Existen también las llamadas granjas de blogs, que consisten en la generación automática de bitácoras que apunten a otra para que ésta quede bien ubicada en la página de resultados de Google. No obstante, esta técnica puede acarrear una penalización del buscador, si percibe la trampa. Incluso en Internet, a veces no vale todo por un objetivo.
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