Esta semana, el príncipe Mohamed bin Zayed Al Nahayan, de Abu Dabi, aprobó y presentó la nueva estrategia turística para 2030. Según este trabajo, el turismo en la región se va a disparar en los próximos años. El emirato, que hoy recibe 24 millones de turistas anuales, espera llegar a los 39 para el final de la década, con un crecimiento anual del 7 por ciento.
La estrategia va a generar casi doscientos mil nuevos empleos y promoverá nuevos hoteles, inversiones y crecimiento.
Pero Abu Dabi es el hermano prudente de la región, el que crece pero a ritmo moderado. Como Omán, que también va a esta velocidad. Los demás, en cambio, van a mucho más ritmo, como es el espectacular lanzamiento de Arabia, o los crecimientos desbocados de Qatar, Bahréin o, sobre todo, Dubái.
Pero hay algo que no cuadra: ya hoy las temperaturas que los turistas afrontan en esta región son insoportables. Mientras los expertos dicen que el calentamiento del planeta supondrá menos turismo en lugares como España, en el golfo Pérsico, en cambio, siguen creciendo y ofreciendo más plazas que, para sorpresa general, siguen teniendo clientes y se llenan.
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