La Asociación Británica de Agencias de Viajes (ABTA) da la voz de alarma. En un escrito remitido al primer ministro, Boris Johnson, relata el efecto devastador que traerá consigo la inacción del Gobierno. "Se perderán decenas de miles de empleos, se producirán retrasos significativos en los reembolsos a los clientes y habrá daños a largo plazo", avisa.
La organización empresarial critica que el Ejecutivo solo haya anunciado planes de apoyo a aerolíneas y aeropuertos, "no habiendo respondido a las llamadas urgentes de turoperadores y agencias de viajes" (Reino Unido ya prepara el plan para salvar a las aerolíneas). Su presidente ejecutivo, Mark Tanzer, lamenta que "nos estamos quedando sin tiempo". "La gente está perdiendo sus empleos y algunas empresas se enfrentarán a la bancarrota si no se hace nada", prosigue.
En esta línea, advierte que "si todo esto ocurre, los sistemas de protección financiera para las vacaciones se verán sometidos a una gran presión y habrá retrasos considerables en la devolución del dinero a los clientes". "El Gobierno ha dicho que hará lo que sea necesario, pero necesitamos una acción mucho más rápida y decisiva", subraya.
ABTA explica que aunque miles de clientes tienen derecho a reembolsos, la mayoría de agencias "no han recibido el dinero de sus proveedores". "La industria de viajes precisa urgentemente del respaldo del Gobierno para garantizar que el dinero del cliente esté protegido", sentencia.
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