La terrible crisis del Covid-19 se ceba con las empresas dedicadas a la distribución turística. Según los datos de la Autoridad de Aviación Civil de Reino Unido (CAA) de los que se ha hecho eco Travelmole, en lo que va de 2020 han quebrado un total de 21 turoperadores británicos.
Estos ceses de operaciones han tenido un coste total de alrededor de 33 millones de libras para el Fondo Fiduciario de Viajes Aéreos (ATT), gestionado por ATOL y encargado de hacer frente a las deudas contraídas por estas empresas con los clientes.
El citado fondo, del que en 2019 salieron 250 millones por la quiebra del gigante Thomas Cook, tan solo dispone en la actualidad de 35 millones de libras y podría quedarse sin recursos en caso de mantenerse la tendencia actual (Quiebra Thomas Cook tras 178 años de historia). Sin embargo, tiene la posibilidad de solicitar un préstamo de 75 millones adicionales y, si la suma de ambas cantidades no fuese suficiente, todo apunta a que el Gobierno británico proporcionaría apoyo adicional.
Durante 2019, el ATT recaudó un total de 65,7 millones de libras a través del impuesto de 2,50 libras abonado por los pasajeros. No obstante, durante los seis primeros meses de 2020 los ingresos se han reducido cerca del 70% por el derrumbe de los viajes.
Con una pequeña diferencia, que si allí una compañía o aerolínea quiebra, el usuario final está cubierto por ATOL lo cual te da una garantía de que no te vas a quedar a dos velas..., en otros sitios no es ni parecido.