Este primero de julio, Vanuatu, el pequeño archipiélago de la Polinesia del Pacífico, reabre al turismo, tras dos años que diezmaron su economía, dependiente del turismo.
En marzo de 2020 cerró, permitiendo apenas un número de entradas de residentes y con unas cuarentenas tremendamente restrictivas. Ahora, con la reapertura, bastará con un certificado Covid negativo para poder entrar.
La crisis de Vanuatu fue tremenda porque se perdieron miles de empleos y, encima, un ciclón tropical sacudió las islas en este tiempo.
Tampoco se piensen que la reapertura puede ser la vuelta a la situación anterior porque ahora la isla busca que las aerolíneas quieran volver a volar. Mientras tanto, sólo se podrá entrar vía Air Vanuatu, la compañía local que, naturalmente, está en crisis económica, pese a que sólo tiene dos aviones.
El año que viene, Virgin Australia volará a la isla cinco veces por semana, para traer el turismo de este país que, con Nueva Zelanda, son las dos principales fuentes de ingresos.
Al menos, la durísima política de restricciones de estos años presenta como saldo que apenas hubo 14 muertos por Covid, de los que se registraron 10 mil casos.
Los hoteles están reabriendo sus puertas y los pequeños operadores turísticos desempolvan sus herramientas para ver si pueden volver a facturar algo y salir del congelamiento en el que se hallan.
Que le pidan responsabilidades a China.