Así puede ser el nuevo mundo turístico tras el coronavirus

Existe una práctica unanimidad en que nacerá un nuevo mundo una vez vencido el coronavirus. La pregunta del millón es cómo será. A nivel turístico en España, una primera duda es si podrá salvarse una parte amplia de la temporada alta, y a largo plazo, cómo pueden cambiar los hábitos de los viajeros, y en qué volumen. Algunas actuaciones actuales dejan intuir ya respuestas.

¿Cómo responderá la demanda? ¿La misma cantidad de gente que hasta ahora seguirá queriendo meterse en un avión? ¿Cuándo empezarán a reactivarse los viajes? ¿La necesidad social de descanso se saciará con desplazamientos cercanos en coche? ¿Sobrevivirán las empresas turísticas más frágiles? ¿Cómo se evitarán reducciones de plantillas si hay una gran merma de ingresos?

Vivimos la crisis más excepcional, el turismo más que nadie. Y el hecho de que ahora todo vale, con tal de asegurar una rápida recuperación, alienta el optimismo. Todo vale. Lo nunca visto también para estimular una vuelta más parecida posible a la rutina pasada. El BCE imprimiendo billetes sin límites. Todos contra las quiebras y su efecto cascada. Despidos prohibidos. Unidad entre trabajadores y empresas.

Existe una enorme incertidumbre por la demanda, de si se atreverá a gastar o tendrá miedo de consumir. O incluso sin estar asustados, si preferirán no hacerlo tras dos meses obligados a acostumbrarse a gastar en comida y ya. Pero en cambio, de lo que hay certeza es que la demanda estará más estimulada que nunca antes en la historia para gastar, y hacer así que la rueda vuelva a girar cuanto antes. Ese es el punto crucial.

Existe un gran temor sobre las aerolíneas y sobre cuánto aguantarán con su liquidez actual. Pero los rescates públicos ya han comenzado, y parece cuestión de tiempo de que se propaguen por todo el mundo y para todas ellas. Un rescate mundial inédito a todo un sector como la aviación. Unas aerolíneas, eso sí, que serán más pequeñas. Lufthansa ya ha avanzado este jueves que encogerá. Así, se intuye estabilidad en un eslabón estratégico de la cadena turística.

Hay expectación también sobre las hoteleras más endeudadas. Pero los bancos deben mostrarse más condescendientes que nunca, bajo el riesgo de ser muy estigmatizados socialmente si no arriman el hombro para salir de la crisis. Cuidado con la entidad que decida ir de dura ahora mismo, porque puede pagarlo caro. Y lo mismo los caseros que sean menos flexibles con sus inquilinos. Una tregua es necesaria por el bien común.

Todos los estamentos de la sociedad tienen ánimo de estar unidos, conscientes de que la recuperación pasa por la cohesión y la comprensión. Por más humanidad que nunca. Y en especial de las hoteleras en España, el eslabón más fuerte del Sector, que acumulan años históricos de beneficios, lo que les puede permitir sobrellevar un muy mal 2020, pensando en el 2021 más normal. 

Las hoteleras más solventes van a tener también mucha responsabilidad en ser solidarias, y menos agarradas de lo que en muchos casos han acostumbrado hasta ahora. Se las va a mirar con lupa si son parte activa de la recuperación, o si dan síntomas de egoísmo. Porque todo el país y todo el mundo va a estar unido como nunca con el fin de recuperarse, y vigilante sobre quién no contribuya.

El drama del desempleo en España del 2008 al 2013 puede evitarse con la prohibición de despidos y la extensión de los ERTEs. Es imprescindible aprender de aquello para evitar la ruptura del tejido productivo de entonces, y que millones de nuevos parados retraigan el consumo. La expectativa de que eso sea una opción se convierte al mismo tiempo en que, esta vez sí, se puedan poner todos los medios para evitarlo, estimulando las reducciones de jornadas y salarios, siempre mejores que los despidos.

Unidad social. Solidaridad. Rescates públicos. Liquidez a mansalva. Despidos prohibidos. En resumen, las respuestas más excepcionales para la crisis más excepcional. Todo va a valer con tal de estimular la recuperación. Un nuevo mundo va a nacer una vez vencido el coronavirus. Y también un nuevo turismo, con virtudes humanas que hoy ya se aprecian y que alientan el optimismo.

Las plantillas están más unidas que nunca. Todos dispuestos a hacer sacrificios. Las relaciones externas de las empresas, también, tras años de relaciones personales, y de abrazarse en muchas ferias. Todos dándose el apoyo que se pueda al amigo de siempre. El nuevo mundo turístico tras el coronavirus puede y debe estar más hermanado que en el pasado. Estando juntos, esta guerra la ganaremos seguro. Contad con Preferente en la primera línea de esta batalla.

--Querido sector turístico: por qué superaremos esta crisis