Los cruceros siguen llenando de turistas las calles de Cádiz mientras parte de la población pide combatir la masificación de algunas zonas. Los últimos datos revelan que el puerto de la Bahía de Cádiz ha recibido 636.868 cruceristas hasta la fecha, sin contabilizar aún los datos del mes de diciembre. (Una localidad de Cádiz se moviliza contra el alquiler vacacional y el turismo borrachera)
Según informa el diario de Cádiz, este dato es un 72% superior a lo visto en el mismo periodo del año pasado, y se sitúa un 74% por encima de los usuarios que llegaron al puerto en 2019 (477.377). Además, cabe destacar que el número de escalas también toca máximos históricos (326), un 14,7% más que en 2022.
Este es uno de los frentes abiertos que tiene la provincia para evitar que sus calles se inunden de visitantes. Grandes destinos nacionales, como Mallorca y Barcelona, ya vienen alertando de que es un segmento que aporta un valor minúsculo que provoca que miles de personas desembarquen de golpe en el puerto y hagan que caminar por la ciudad sea imposible.(Barcelona sube impuestos a 'Airbnb' y cruceros más que a hoteles)
En muchos casos, su contribución en impuestos es irrelevante en comparación con los alojamientos de los propios destinos. Además, tanto los propietarios de los barcos como el origen de sus trabajadores, dificulta que las ganancias del sector se queden en una mayor parte en los destinos.
A ello hay que sumar el efecto del boom de Airbnb, que continúa ahogando al destino andaluz. Como publicó Preferente, de las 15.780 plazas turísticas con las que contaba hace un año, 11.017 pertenecían al alquiler vacacional, cifra récord, dejando apenas 4.700 para los establecimientos hoteleros.
Esta situación llevó a algunas poblaciones a movilizarse contra este segmento. Un ejemplo son los vecinos del Puerto de Santa María, que se echó a las calles para denunciar los problemas de convivencia que está causando el mercado del alquiler.
Otro punto caliente el turismo de borrachera, que se ha disparado en los últimos años. Los residentes vienen alertando de los problemas de suciedad, ruido y deterioro que observan en sus calles. Señalan directamente a las discotecas de la costa, denunciando que no hacen más que alimentar estas problemáticas, ya que “sobrepasan los límites en cuanto a ruidos”.
Rebelamos!! A pedradas con los barcos!!