China sigue dando pasos hacia adelante para acelerar la llegada del tren supersónico, con el que pretende ser un ejemplo para todo el mundo. Se trata del tren maglev, un diseño de Hyperloop que ya ha completado las primeras pruebas, según informa el diario El Español. (El tren supersónico de Elon Musk tendrá parada en España)
Desde la Corporación de Ciencia Aeroespacial e Industria de China (CASIC) celebran que ha sido “la primera vez que el maglev logró una levitación estable mientras viajaba en un tubo de vacío”. Además, estos test se han llevado a cabo “utilizando la línea de prueba a escala real de 2 kilómetros”, y exprimiendo al máximo la velocidad del aparato en una nueva infraestructura.
La idea de este proyecto es la construcción de una ruta dentro de un tubo donde se haya realizado el vacío, lo que permitiría eliminar el “drag” (rozamiento con el aire) y alcanzar velocidades supersónicas. De momento, el último resultado conocido es que alcanzó los 623 km/h, aunque la intención es que se llegue a los 1.000 para poder equipararse con los aviones.
El diseñador jefe del proyecto, Mao Kai, ha reconocido, en una entrevista con el medio Zhejiang Daily, que todavía queda mucho por conocer en este ámbito, por lo que irán con calma. De hecho, no está previsto que entre en servicio comercial hasta, al menos, el año 2035.
“La ciencia y la tecnología avanzan paso a paso y algunos aspectos de este proyecto aún se encuentran en territorio inexplorado para China. Cada paso es un desafío y es un sistema complejo”, apunta Mao Kai
Pero su apuesta por la alta velocidad no acaba con el Hyperloop. El país asiático también está avanzando en la mejora de sus trenes bala, con la incorporación de un modelo CR450, aún en fase de prueba. Si todo va según lo previsto, arrancará el servicio en 2025 transportando viajaros a más de 400 kilómetros por hora.
En el 2035 no hará falta ya desplazarse a ninguna parte. Ni siquiera hoy en día ya es necesario.
Qué vida tan triste
El seguro se va a limitar a vivir en el metaverso haciendo viajes virtuales y visitando antros digitales. Si, que vida tan aburrida. No ha descubierto el sencillo placer de visitar otras culturas, ver, oler, degustar y vivir sensorialmente nuevas emociones