Cuando acabó el Covid, en realidad en China no acabó. Fue cuando se pusieron peor, con una teoría que hasta los propios chinos rechazaron. Entonces el Gobierno rápidamente quiso normalizar todo y por ello permitió que los ciudadanos de varios países pudieran entrar un máximo de 15 días sin ninguna visa. A partir de esta duración, sí se exige el trámite (China da carpetazo al Covid: no exigirá test de entrada).
Estas visas sirven tanto para negocio, tránsito o turismo y eran una fórmula para facilitar la entrada a los ciudadanos de países que merecen cierta confianza a China (hay muchos otros países que no tienen visado, pero ese no es el caso de España).
Esa situación especial caducaba ahora, pero el Gobierno chino ha comunicado que los ciudadanos de España podrán seguir viajando sin visado durante otro año y medio más, hasta el último día de 2025, al menos por el momento.
La situación de los pasaportes españoles es la misma que la de los de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Malasia, Suiza, Irlanda, Hungría, Bélgica y Luxemburgo. Observen que ahí no está Portugal, por ejemplo.
De todos modos, pese a los incentivos, la actividad turística china a nivel internacional, si bien se va aproximando constantemente a la normalidad anterior al Covid, aún dista, en parte por las medidas contundentes aplicadas en su momento y, también, porque lo ocurrido en Wuhan es bastante misterioso.
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