Los comercios, los restaurantes y las escuelas cerraron este jueves en Moscú, en aplicación de un confinamiento parcial y urgente derivado de la ola de casos de coronavirus que se registran en el país, en parte debido a la bajísima vacunación (apenas el 33 por ciento) y al efecto no demasiado claro de la vacuna Sputnik V.
El gobierno acordó que sólo las actividades esenciales, tales como los que venden productos de alimentación y las farmacias pueden abrir. Ciertos restaurantes sólo pueden vender comida para llevar a casa.
Desde este sábado, todo el país tendrá nueve días de vacaciones, en un intento de parar la expansión de la epidemia. En sólo 24 horas hubo 1.159 muertes por Covid. El número de contagios ligeramente superior a los 40 mil no es muy elevado, pero sí la mortalidad, debido a la baja vacunación.
Los periodistas destacados en Moscú indican que no hay una caída de la actividad como en otros confinamientos previos. El metro, por ejemplo, sigue bastante ocupado. La actividad de la construcción se mantiene, pero a un ritmo menor.
Los moscovitas se preguntan si aún puede haber un confinamiento completo en los próximos días, en el caso de que estas restricciones no logren bajar la mortalidad.
Los rusos sospechan de la ineficacia de la vacuna Sputnik V que, sin embargo, ha sido reconocida por el resto del mundo, aunque pocos la han empleado. Tras meses de aislamiento, los rusos estaban saliendo del país para tomarse vacaciones en estos días, fundamentalmente en Egipto.
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