Dice la Unión Europea que el continente es un territorio en el que debe primar la libre competencia. Y eso, añade, también se aplica al transporte. ¿De verdad?
No, no voy a hablar de que casi cada mes cae una sentencia judicial que ilegaliza las ayudas concedidas a las aerolíneas públicas –también a alguna privada–, sin que ocurra nada porque en general el dinero ya se había devuelto. Me voy a referir a otro caso (Francia: el director de los trenes, acorralado por subir los sueldos).
En Francia, el ministro de Economía ha llamado la atención muy seriamente a la SNCF por subir los salarios y por aceptar un régimen de retiros en la compañía pública ferroviaria que es financieramente insostenible. Quiere decir el ministro que la compañía no va a poder pagar ese dinero que, como siempre, terminará saliendo del Estado.
Sin embargo, la SNCF compite en el mercado. Compite con Renfe –otro caso similar–, con muchas ferroviarias privadas y con la aviación que, en muchos casos, no tienen ayudas ni subvenciones. ¿Qué clase de competencia es la que plantea un operador que paga los salarios que se le ocurren porque en última instancia será el estado el que va a terminar poniendo la diferencia?
¿De verdad estamos ante un mercado con igualdad de oportunidades cuando el propio ministro de Economía admite que la SNCF no cumple?
Si Óscar Puente no estuviera investigando qué sustancias ingiere el argentino Milei, aquí tendría un tema interesante para analizar al competidor que tiene Renfe. Pero Puente está para todo, menos para Transportes.
Lo de la competencia y la igualdad de oportunidades, competenciales, me refiero, es un camelo, como la copa de un pino. Todas las aerolíneas reciben ayudas, directas o indirectas, de una forma o de otra, bien sean por subvenciones, por operaciones, por destino, por publicidad, y no solo Ryanair, que en eso son unos maestros. Las operadpras ferroviarias públicas, todas, aboslutamente todas las europeas son tremendamente deficitarias. Si no fuera por el soporte público, el ferrocarril habría desaparecido en Europa, como pasó en Estados Unidos. Y lo de crear unidades de negocio como si fueran empresas independientes es simplemente un autoengaño, Ya se sabe Renfe AVE, que no es un servicio público, aunque en las rutas que operan no existe otro servcio, ha ganado dinero, a costa de precios disparatados -lo siento, no puede ser que una AVE Madrid-Sevilla, i/v te cobren más de 200 eurazos en turista, la 2ª clase de toda la vida- ya, ni te cuento si tienes que ir a Madrid, para coger el AVE. El problema es que todas las demás, cercanías, media distancia, largo recorrido, -algo que ya simplemente va camino de desparecer- todas pierden dinero a espuertas. Si, SNCF, pierde mucho dinero, igual que Renfe, o Deutsche Bahn, en la que por ejemplo han querido recortar tanto, la famosa disciplina alemana, que hoy muchos alemanes braman contra lo que fue la ferroviara alemana, y el desastre que es hoy, cancelaciones, retrasos por doquier, a cualquier día y hora, y la alemana, también opera en otros paises, a través de compañías ferroviarias, regionales y de autobuses. Por cierto, si no queremos déficits, podemos privatizar el ferrocarril al estilo británco o japonés......., pero luego no nos escandalicemos por los precios. Miremo lo que cuesta un Londres-Oxford (un cercanías) por ejemplo y una ruta similar en Madrid, y luego hablamos, y ya sea dicho de paso, los precios de Renfe AVE sin descuentos a distancias similares no se diferencian mucho de los trenes japoneses de alta velocidad, eso si, la renta media de un espñolito no es ni parecida a la de un nipón medio.
Lo que habría es que echar a esas compañías fuera y punto
Lo de Puentes y Milei cualquier persona razonable estaria de acuerdo sobre los comentarios vertidos. Pero como este medio no es mas que propaganda no vale la pena indagar en el tema,
Respecto a la libre competencia. Cualquiera que viaje un poco podra decir que el sistema britanico de trenes es simple y llanamente una mierda pinchada de un palo.
Eso si, las estaciones son tan British que a todo el mundo le parece chachi piruli.
Absolutamente de acuerdo, British Rail, cuando era pública, aunque no era una maravilla, funcionaba; hoy en día es una porquería carísima, con muchas compañías con trenes de la época de miss Thatcher, más que viejos que el Quijote; los que yo usaba en mi época de estudiante, y de eso ya hace unas cuantas décadas. Y la red, también privatizada por la citada señora, es la misma porquería que falla más que una escopeta de feria por falta de inversión.
Hay que ver lo que le gusta a Preferente el liberalismo economico