El Corte Inglés es una de las imágenes de referencia en y de la España moderna. Representa, además, un “periscopio” único para medir la salud económica y la alegría del vivir de los españoles y portugueses.
Después de una serie de avatares –casi imprescindibles en este tipo de empresas de fuerte arraigo familiar-, los grandes almacenes por antonomasia se aprestan a subir a la velocidad de crucero sobre la que siempre navegó.
Mi veterano colega José Luis González-Besada me alerta acerca de un dato que para esta columna (“PERISCOPIO TURÍSTICO”) tiene especial significación: el nuevo presidente Jesús Nuño de la Rosa, en sustitución del controvertido Dimas Gimeno, ha sido el hombre clave de Viajes El Corte Inglés, el número uno y la referencia esencial en España. Un dato.
De alguna manera es el presidente de una empresa global y de marca reputada que llega a la cúspide del poder después de pasar veinte años de su vida vendiendo viajes y desde una visión financiera esencial otear el horizonte y el futuro de una empresa bajo el prisma del negocio hotelero y desde una gran agencia de viajes con más de 500 oficinas esparcidas por todo el territorio de la Península Ibérica.
“Los casi veinte años que Jesús pasó por Viajes El Corte Inglés, en el puesto que le asignó Isidoro Alvarez (1997-2017) fueron claves para que nuestra división de viajes se constituyera en el principal referente nacional y, al mismo tiempo, señaló el camino al resto de los grandes competidores…”
Dicen de él que hay tres características que se le asocian “ad hominem”: liderazgo, comunicación y futuro. Son los aditamentos de libro que deben converger como condición “sine quanom” en un líder empresarial que se precie.
He escrito lo anterior porque en no escasas ocasiones he comprobado “in situ” que los grandes empresarios de postín, sobre todo, si su fortuna forma parte de la herencia de sus mayores, han despreciado el sector turístico y otros específicamente el “negocio de viajes” como si fuera una ocupación menor.
Bien. Pues ahí tienen a Jesús Nuño de la Rosa blandiendo la chorroborrez antigua de los que así opinaban sin demasiado fundamento.
Ignoro cuál será el futuro de estos grandes almacenes que busca cómo mantener los cien mil puestos de trabajo y aún aumentarles. Supongo que, como toda obra humana, habrá que apuntar el devenir con trabajo, determinación y talento. Como lo hizo Ramón Areces y como recogió el testigo Isidoro Alvarez que pasaba sus vacaciones visitando departamentos de El Corte Inglés.
Pero hoy saludo que “uno de los nuestros”, Nuño de la Rosa, se siente en el puente de mando de una marca que es inseparable de nuestras vidas y de muchas generaciones. Viene de una agencia de viajes.
ZERO, los comentarios del articulo de este SR.
Solo le hacen caso cuando se mete usted con Cataluña y los catalanes... pero como usted aburre a probado con otro articulo a ver si tenia "Quorum", pues nada a seguir con Cataluña......
Sr. Palomo
Por una vez me alegra leer un artículo suyo en el que es corporativista y ensalza la labor del que califica como "uno de los nuestros", lejos de las críticas de anteriores en los que en ocasiones se percibía cierto aroma partidista.
Nosotros, los profesionales del turismo, somos invisibles en el sector económico y empresarial y si no nos autoprotegemos, seguiremos siendo considerados como siempre, aunque objetivamente nos lo tengamos merecido, que estamos lo peor de cada casa.
Centrándome en el asunto del artículo y como empleado de Vecisa en el pasado lejano y conociendo al protagonista, me gustaría añadir una virtud que no por pasar desapercibida es menos importante: la discreción. Nada que ver con la prepotencia y postureo que tienen y han tenido sus homólogos de grandes redes tanto en el pasado como en el presente.
Felicitémonos por ésta buena nueva y sigamos luchando por nuestro desprestigiado sector.