Se empiezan a depurar responsabilidades en Renfe y en el Gobierno tras el fiasco de los trenes en Cantabria y Asturias. El presidente de la operadora, Isaías Táboas, y la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, han presentado sendas dimisiones, que han sido autorizadas por la ministra Raquel Sánchez, según ha podido saber El Mundo.
La situación era prácticamente insostenible. En 2019, se anunció un contrato para renovar la flota de la red de Cercanías con 31 nuevos aparatos que fue adjudicado a CAF por 258 millones. Tras ello, este advirtió de que la red ferroviaria no estaba preparada para el paso de trenes de las dimensiones planteadas.
A raíz de ahí, Renfe y Adif, presidida entonces por Pardo de Vera, comenzaron a verterse acusaciones. Asimismo, los gobiernos autonómicos afectados arrancaron con unas protestas permanentes por la falta de viabilidad del proyecto.
Pese a que la secretaria afirmó el pasado 6 de febrero que esperaba tener el diseño definitivo de los trenes “aproximadamente en verano”, habrá que ver que ocurre ahora con el proyecto tras la caída de dos pesos pesados de Transportes.
Fuentes del Gobierno revelan que no habrá ningún coste económico, ya que no se había iniciado la producción. Sin embargo, sí prevén que el proyecto no esté listo hasta el año 2026, tres años más tarde de lo previsto.
Si, pero a la ministra no hay quien la mueva
Los 31 trenes, no llegarán hasta bien entrado el 2026 y veremos.
Luego, otros territorios invocan la insularidad para seguir reclamando subvenciones, descuentos y mamandurrias; aduciendo que en la Península -que no es más que una isla rodeada de agua por todas partes menos una- hay carreteras -los coches y la gasolina los regalan con el carnet, en tanto que el tiempo empleado en el desplazamiento es gratuito, pues somos seres eternos-, hay trenes -a los hechos remitimos- y hay aviones e infraestructuras que ellos también pagan, pero no disfrutan.
En un mundo dominado por la hipocresía y el cinismo, la estulticia es el mejor argumento para salir al paso y negarlo todo.
que mesa mas limpia de papeles, como trabajamos ¿eh?