Las agencias de viajes españolas, en contra de lo que ha venido pregonando el Gobierno, no han salido más fuertes, y sí se han quedado atrás, como detalló este fin de semana Preferente. Cerca de una cuarta parte del total de minoristas han cerrado ya o van a hacerlo pronto ante la falta de ayudas, a la vez que empresas medianas como IAG7, Carrefour, Tui o Logitravel han mostrado su voluntad de emprender despidos de varios cientos de trabajadores (Las pequeñas agencias no salen más fuertes y sí se quedan atrás)
La SEPI puede jugar un rol en la recuperación del sector más golpeado por la pandemia. La pérdida de tejido productivo es evidente y en multitud de casos ya irreversible. Sin embargo, para las arcas públicas es más costoso sufragar a todo el capital humano improductivo, que todos los ingresos que genera el Estado con la actividad de su fuerza laboral a pleno rendimiento. Por eso para la administración pública es más conveniente socorrer puntualmente a las empresas, como se ha pretendido con los ERTE.
La fórmula de los rescates ya ha sido aprovechada por algunos pícaros que sin ayuda pública hubieran tenido que aportar de su abultado patrimonio para salvar a sus negocios turísticos, pero que han preferido imputar al Estado su riesgo financiero. Hay casos también de grupos sin apenas garantías financieras y por tanto de dudosa viabilidad que se han visto beneficiados por la SEPI. Por su tamaño han recibido prioridad en la recepción de créditos públicos, aún sin cumplir las normas de los rescates.
Este perverso uso del fondo de apoyo del Gobierno no debe empañar la labor que la SEPI puede desempeñar en la recuperación del turismo. El organismo estatal tiene capacidad para favorecer el impulso de la economía española si cubre todos sus riesgos con el 100% de garantías financieras sobre el monto concedido, y si socorre a empresas transversales que sustentan a toda una cadena de valor, y que mantenían un acusado crecimiento en los años anteriores a la pandemia, sin apenas endeudamiento.
La SEPI tiene en su mano favorecer la recuperación turística en sectores estratégicos pero con garantías de que el monto de los rescates será devuelto, y sin que sirva para evitar que sus propietarios puedan liberar avales con el fin de salvaguardar su patrimonio. Existen proyectos turísticos más transversales que justifican un necesario respaldo público para contener más despidos masivos que no son propios de un gobierno que presume de defender a los trabajadores.
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