Después de varios intentos fallidos, la mayoría de las compañías de cruceros de Europa han logrado reanudar operaciones. Pese a ser un motivo de celebración después de más de un año sin actividad, todas ellas tienen grandes dificultades para despegar (El Gobierno español levanta el veto a los cruceros internacionales).
Las restricciones a los viajes internacionales, las medidas adoptadas a bordo para minimizar el riesgo de contagio y el miedo entre parte de su clientela, entre otros factores, impiden una reactivación vigorosa del sector más castigado por la crisis del Covid-19.
Las cifras del Puerto de Barcelona, líder del Mediterráneo en cruceros, evidencian lo complicado que está siendo el despegue de un sector que antes de la pandemia se encontraba en pleno auge. Según revela eldiario.es, la ciudad condal ha recibido en julio un 89% menos de pasajeros de cruceros que en el mismo mes de 2019.
En junio fueron cinco las escalas de cruceros contabilizadas en el puerto de la ciudad condal, cifra que se elevó a 16 durante el pasado julio. Y en lo que va de agosto ya ha recibido un total de 17, número que previsiblemente se doblará antes de que finalice el mes. Pese a esta evolución favorable, aún falta un largo camino para recuperar los niveles de actividad de 2019.
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