El próximo 1 de octubre, Eurostar, el ferrocarril de alta velocidad que conecta Londres con París y Bruselas, estrenará una nueva directora general. Gwendoline Cazenave se hará cargo de la compañía con la novedad, anunciada ahora, de que no operará más entre Londres y Disneyland París (París y el Eurostar sufren retrasos y congestión).
Los agentes de viajes han sido informados por Eurostar de que el tren de alta velocidad podrá transportar a los clientes hasta la capital francesa, como siempre, pero no los llevará un poco más allá, hasta Disneyland, que se encuentra en la periferia.
La compañía ferroviaria, de propiedad francesa, que acaba de fusionarse con Thalys, otro tren de alta velocidad que une Ámsterdam con Bruselas y París, atribuye el final de este servicio a los efectos económicos del Covid, especialmente graves en este caso.
"El negocio está recuperándose –indica una fuente de la compañía– y nosotros nos tenemos que centrar ahora en las rutas principales para estabilizar nuestra operación y mejorar la impresión del cliente. La demanda está volviendo, pero nosotros tenemos compromisos financieros que cumplir durante varios años y que son consecuencia de la pandemia". O sea, que hay que centrarse en lo que da dinero y no distraerse con florituras, que los números son malos.
El operador ferroviario está preocupado en minimizar el impacto de las nuevas medidas de control de fronteras derivadas del Brexit, con la intención de que el servicio no se vea afectado.
El ferrocarril entre Londres y Disneyland París opera desde hace 27 años. El tren empezó a operar en 1994 y apenas dos años después, en 1996 se introdujo esta variante.
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