La ITB de Berlín, celebrada la pasada semana, ha cerrado con un balance muy descafeinado. La feria ha concluido su primera edición poscovid con una asistencia de 90.127 visitantes durante los tres días de encuentro, muy por debajo de otros grandes eventos relacionados, como Fitur. (ITB: decae el mito como mayor feria turística mundial)
Para que se hagan una idea, en el mes de enero, las instalaciones de Ifema recibieron un total de 136.000 profesionales, un 68% más que hace un año. Y durante el fin de semana, dedicado al público general, acudieron otros 86.000 visitantes, prácticamente tres veces más que en 2022. (Fitur se queda a 33.000 visitantes del récord de 2020)
Este último punto ha sido el causante del desplome en el número de personas, ya que la feria alemana ha suspendido, por primera vez, la entrada del consumidor final, que, en 2019 fueron más de 50.000. En cualquier caso, la cifra de profesionales también fue un 21% inferior a la de 2019, cuando alcanzaron la cifra de 113.500.
El sentir entre los consultados por Preferente es que tanto la pasada WTM de Londres como Fitur en Madrid exhibieron un mayor vigor como reflejo del resurgir turístico que viene caracterizando al sector en los últimos meses-
En Berlín, esta pujanza se ha mostrado de una forma menos vibrante, con una asistencia más reducida en los pabellones de España, América y Caribe, en contraste con los de Oriente Medio y los de empresas, que, si bien ya venían registrando un lleno en ediciones pasadas, en esta no se ha llegado a niveles prepandemia.
Algunos profesionales del sector han atribuido esta bajada al hecho de cierta pérdida de pulso tras tres ediciones consecutivas canceladas, unido a los elevados precios de hoteles y al de los billetes ante la escasez mundial de aviones ante una demanda disparada. Otro de los factores podría ser la proliferación de ferias por todo el mundo, con un acusado auge de algunas regionales como las de Oriente Medio, Asia y Latinoamérica.
Quien ha ido a ITB y Fitur sabe que Fitur es la que tiene más posibilidades de desaparecer, solo van mercados españoles y latinos, del resto de países ni están ni se les espera. En cambio ITB mueve todo el mundo. Lo que no recoge este medio es el número de expositores de ITB que se reúnen unos con otros, que multiplica por 7 el de Fitur.
FITUR va a quedar como autobombo de empresas y admin públicas españolas (cada uno con su respectiva cohorte de palmeros) y los de fuera, pues lo tendrán como unos dias de "incentivo" para pasarlo bien, que Madrid se presta a ello.