Globalia-Ávoris: una fusión con grandes dificultades

Globalia y Barceló, que han contratado a la consultora EY para negociar la fusión de sus divisiones emisoras lideradas por Halcón-Travelplan y Ávoris, afrontan varias dificultades para que su integración pueda ser una realidad, como son los asuntos de la tasación y el canje de reparto; la convivencia entre los socios; la definición de una estrategia conjunta; la gestión de la caja, o los nombramientos de personal, según detalla este análisis de preferente.com.

Las ventajas de la fusión pasarían por la sinergia de costes al evitar duplicidades en algunos departamentos, a la vez de las derivadas de la integración vertical cruzada entre los respectivos productos turísticos de cada conglomerado. También, por el aumento de volumen y escala del negocio, con unos ingresos anuales conjuntos de 4.000 millones, que les permitiría mayor fuerza para competir en el escenario internacional.

Otras virtudes de esta operación vienen de la complementación de que el área emisora de Globalia está necesitada de mejorar su gestión para revertir las pérdidas recurrentes de Halcón en los últimos años aunque sin perder su red de distribución para vender sus vuelos de Air Europa, mientras que Barceló lleva tiempo queriendo desinvertir de esta división para concentrarse más en sus hoteles (Globalia y Ávoris: un gigante con 4.000 millones de ingresos para superar a VECI).

No obstante, para que esta fusión pudiera llevarse a término deberían superarse varias dificultades de enorme importancia, con el punto de partida de la tasación, que ha sido el obstáculo principal que ha impedido que tanto Globalia como Barceló hayan decidido renunciar a la venta en los últimos meses de sus divisiones emisoras, al considerar las valoraciones demasiado bajas incluso en la fase final de los procesos.

Otra gran dificultad para que la integración de Ávoris con Halcón-Travelplan viene del acuerdo para establecer unas normas de convivencia de los socios, en ambos casos bastante acostumbrados a ejecutar decisiones sin más consenso que el de unas familias con un liderazgo muy definido de sus presidentes (Globalia y Barceló negocian fusionar sus áreas emisoras).

Asimismo, como escollo para que la fusión que plantean Globalia y Barceló pueda ser una realidad aparece el reto de encontrar una visión conjunta para el hipotético grupo resultante, pues el objetivo supremo del grupo de los Hidalgo con su división emisora es utilizara la colocar los productos de la casa, mientras que la meta máxima para el conglomerado de los Barceló es lograr la máxima rentabilidad, siendo las respectivas ambiciones de compleja casación.

Del mismo podo, un punto de divergencia probable puede venir de la gestión de la caja, que para Globalia ha sido históricamente un asunto central al apoyarse en la tesorería de Halcón las diversas empresas del grupo, como ha podido pasar con Air Europa en sus momentos de más fragilidad.

También, un punto de difícil acuerdo puede venir de la fórmula para encontrar un quórum con los nombramientos de los cargos intermedios para un futuro grupo resultante, así como la elección de un árbitro que realmente sea aceptado como independiente por ambas partes en el caso de que hubiera disparidad de criterio (Foto – Cuando Globalia usaba a EY para negar que buscase vender Halcón).

Así, la negociación abierta entre Globalia y Barceló para una fusión de sus áreas emisoras afronta varios obstáculos de importante calado que pueden hacer algo más probable, como ha ocurrido en el pasado, el escenario de que finalmente ambos grupos continúen sus caminos por separado.