Hidalgo sufre un leve arrechucho

En el seno de los Hidalgo, tanto en el familiar como en el empresarial, hubo susto y preocupación hace una par de semanas tras sufrir el presidente de Globalia un arrechucho que, sin ser tan grave como el que padeció en julio del año pasado, sí necesitó de atención médica en un centro hospitalario de Madrid.

El desmayo de Juan José Hidalgo fue achacado por los médicos al tabaco. El empresario salmantino sigue fumando de forma constante a pesar de que se lo prohibieron de forma tajante a raíz del infarto que tuvo hace nueve meses. Al poco de salir de urgencias, Hidalgo tardó poco en volver a echarse un pitillo a la boca. Genio y figura.

En esta ocasión, el ataque no le ha sobrevenido por la tensión inherente a la situación del grupo que preside y a los problemas familiares y personales que venía padeciendo y que sin duda influyeron en el infarto que sufrió en julio de 2013. En Globalia y en su entorno familiar se vive un momento de tranquilidad como hacía tiempo no sucedía.

El pasado 23 de abril se celebró el Consejo de Administración de Globalia y todo transcurrió de forma serena, salvo algunas diferencias entre los dos hermanos mayores, cosa nada novedosa. Los números del grupo han mejorado considerablemente y en concreto los de Air Europa, que “son espectaculares”, según información interna.

En el consejo se abordaron las propuestas de compra, entre las que figuraba la fallida de los rusos, y el plan para abordar el futuro a corto plazo. No sé tomo ninguna decisión relevante porque el presidente y máximo accionista no tiene nada claro qué hacer: un día quiere vender y otro no, “pero se siente relajado con la marcha del grupo”.

La situación familiar, por otro lado, ha mejorado de forma considerable. La familia ha regresado de Miami y se ha vuelto a instalar en Madrid. El patriarca vive en su mansión de Puerta de Hierro, pegada a la de su hijo Javier, mientras que la ex mujer y sus hijas María José y Cristina viven en sus respectivas casas de la lujosa La Finca.

María José Hidalgo ha estado estos días en La Habana, acompañada de su socio y amigo Sandro Cristoforetti. Con ocasión de la feria turística, ambos visitaron los terrenos dónde en breve creen que pondrán en marcha un resort con campo de golf. Hace años que van detrás de estos solares próximos a la capital cubana.

Los hijos de Hidalgo siguen yendo a Pozuelo, a una de las dos sedes centrales del grupo, pero no intervienen en el día a día de las empresas. El que sí ejerce como alto ejecutivo es el yerno de Hidalgo y esposo de su hija Cristina, quien sigue estando al frente de la cadena hotelera Be Live y a plena satisfacción de su suegro.

Desde que Hidalgo sufrió el infarto se encuentra muy desmejorado, mucho más avejentado que sus colegas de la misma edad. La adicción al tabaco y algún que otro arrebato por cuestiones puntuales son los causantes de su deterioro físico. Aunque ya hace tiempo que perdió la chispa que tanto llamaba la atención en el sector turístico.