Italia, el primer país europeo en ser azotado por el virus, acaba este primero de mayo con la mayor parte de las restricciones a la movilidad por los efectos de la pandemia de Covid. Desde este primero de mayo entra en vigor la ordenanza del ministerio de la Salud que convierte al país en uno de los últimos en pasar página, pese a que aún hay unos 130 muertos diarios por el virus (Italia, la última en normalizar la vida poscoronavirus).
Haciéndose eco de la recurrente petición del sector turístico receptivo, el ministro Roberto Speranza aprobó una orden por la que queda abolido el Formulario de Localización de Pasajeros para quienes llegan desde el extranjero.
El mismo acuerdo del ministro acaba con los pocos casos en los que se seguía exigiendo el pase verde o certificado de vacunación. Desde ahora, con las nuevas disposiciones, el pase verde sólo se podrá exigir para entrar en los hospitales, pero no será requerido ni en los bares, ni en los restaurantes, discotecas o salones de congresos. Aunque, hay que decir que desde que se supo de la suspensión de esta medida, muy pocos establecimientos cumplían con la exigencia.
Esta laxitud en la práctica no suponía un relajamiento para los turistas quienes al intentar visitar el país se encontraban con que esta exigencia legal les era impuesta como estricta, lo cual era una diferencia notable sobre el resto de Europa.
Este fin de semana deja de ser obligatorio también el uso de las mascarillas FFP2 en los transportes públicos, que seguía siendo exigida y esto sí con severidad.
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