Italia tiene uno de los sectores turísticos más dinámicos de Europa, fundamentalmente porque los grandes grupos son muy pequeños y hay una fuerte atomización en agencias de viajes y, especialmente, turoperadores. Los italianos viajan muchísimo, con unos patrones bastante diferentes a los del resto de Europa, con una gran predilección por la larga distancia. Todo eso lleva dieciocho meses parado, con un coste social impresionante.
Pero, las empresas italianas se las prometían felices porque esperaban que, como ocurre paulatinamente en el resto de Europa, la normalidad va retornando. Pero no. Se han llevado una inesperada sorpresa cuando el ministro de Sanidad dijo que para estas navidades prefiere que los italianos tomen sus vacaciones en casa.
El gobierno de Mario Draghi en Italia se ha convertido en uno de los más intervencionistas del continente. Por ejemplo, obliga tajantemente a que no se pueda ni siquiera tener un empleo si no se ha recibido la vacunación completa. Y también ocurre lo mismo con el turismo. Su ministro de Sanidad, Roberto Speranza, proclamó que estas navidades hay que quedarse en casa.
La reacción del sector turístico y de viajes fue contundente. Las dos patronales de turoperadores dijeron que "hoy existe la posibilidad de viajar con seguridad incluso al exterior", dijo Franco Gattinoni. La segunda patronal dijo que esto era "una ofensa que ya no podemos tolerar".
La presidenta de las agencias de viajes, Enrica Montanucci, anunció movilizaciones, llevando a la mayor cantidad de agentes a Roma para manifestarse. “Tenemos que ser cinco mil personas enojadas", señaló.
Mientras tanto, la normalización, que ya es significativa en Francia, España, Alemania y Gran Bretaña, sigue sin llegar a Italia.
Y esta noticia de donde sale? No es así...
Entre preferir que se queden en casa y no permitir los viajes al extranjero hay un trecho.