Japón ama la naturaleza, pero en realidad ya le queda muy poca porque la densidad de población y el poderoso desarrollo económico ha hecho que en las zonas centrales del país el impacto del crecimiento sea espectacular. Pero aún subsisten algunos lugares de interés, como es el caso de sus pequeñas Galápagos, la isla de Iriomote, vecina de Okinawa. Es una de las islas más espectaculares de Japón en la que se conserva un gato indígena muy raro, en peligro de extinción.
Pues ahora Japón ha decidido poner un tope de 1.200 turistas diarios en esta isla. El gobierno local introdujo estas medidas como parte de una campaña para evitar que el turismo excesivo interrumpa el ecosistema local, así como la vida de los residentes, informa Japan Today.
Las restricciones aún no son obligatorias, pero los funcionarios de turismo instan a las compañías de viajes a seguirlas. Iriomote es la segunda isla más grande de Okinawa, pero la gran mayoría permanece deshabitada. Fue una de las cuatro áreas en Okinawa y Kagoshima agregadas a la lista del Patrimonio Mundial Natural de la Unesco en 2021.
Cientos de miles de viajeros visitan cada año Iriomote, con un pico de 406.000 visitantes en 2007; para poco más de 2.000 residentes permanentes. El gato Iriomote se agregó a la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hace más de una década, y se cree que solo existen alrededor de 100.
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