Tui es el primer turoperador de Europa. Y el primero de Alemania. Desde siempre, su sede central está en Hannover. Pero hoy tiene presencia en todo el mundo. Sin embargo, ha sido en Alemania y más concretamente en Hannover donde un juez ha dictado una sentencia estrambótica en contra del mayorista.
Un viajero compró unas vacaciones con TUI en la isla de Rodas, en Grecia. Allí se marchó con los suyos al hotel elegido. Llegó y, como es natural en los turistas, quiso ir a la piscina. Pero encontró un problema. O por lo menos en su demanda ante los juzgados dice que no había tumbona.
Es evidente que el turoperador no pensaba que el cliente tenía que llevarse la tumbona desde Alemania, pero también parece evidente que en los hoteles, si todos, absolutamente todos los clientes, a las mismas horas, y los mismos días, quieren tumbonas, no hay para todos. Este es el problema del cliente: no había tumbonas y, aduce, el turoperador tenía que haberse preocupado por ello.
En definitiva, un cliente complicado.
Pero estas demandas no deberían pasar del abogado al que se le hace la consulta. Sin embargo, en este caso se presentó y encima la ganó.
El juez, en favor de Tui, dijo que el operador no estaba obligado a proporcionar una tumbona a cada cliente. Lo cual es lógico por las razones que todos conocemos. Podríamos decir lo mismo de los baños del lobby o de los ascensores, siempre insuficientes si todo el mundo quiere viajar al mismo tiempo.
Pero ahí viene lo inverosímil: el juez añade que Tui tenía que haberse preocupado de que los demás clientes del hotel no hicieran un uso incorrecto de las tumbonas y respetaran las normas de buena conducta. Debe de referirse a que Tui debería impedir que los clientes dejen toallas en las tumbonas para cuando quieran tomar el sol.
El juez le dio pues la razón al cliente y le bajó el precio del viaje en 322 euros sobre lo pagado inicialmente porque, no sabemos con qué procedimiento, el juez calculó que este importe es el que se corresponde con la falta de tumbona.
Como ven, tampoco la justicia alemana siempre es sensata del todo.
Como se ve el plunero...........
Que salgan los payasos y los trapecistas! En fin...
Lo veo bien. Ojalá más pequeñas condenas así. Es una vergüenza la cantidad de hoteles que dejan que los clientes reserven tumbonas con toallas y pinzas desde el amanecer hasta el atardecer para luego apenas usarlas unas horas. Era algo impensable hace 20 años.
El Juez se mete algo de lo incautado fijo