Se trata de una de las excursiones turísticas más caras del mundo: 250 mil dólares por persona para visitar el Titanic, en el fondo del mar. Y ha acabado mal. El viaje se hacía a bordo del Titan, un submarino pequeño, de algo más de seis metros de longitud, hundido entre Canadá y Estados Unidos, en el Atlántico (Cinco turistas desaparecidos en una excursión al Titanic).
El viaje lo gestionaba una empresa especializada, pero las cosas han ido mal. Entre los viajeros estaba un millonario, especialista en el negocio de los aviones, Hamish Harding.
Harding tiene 58 años y era el propietario de Action Aviation, una compañía de Emiratos Árabes especializada en encontrar aviones y alquilarlos o venderlos. Dos días del viaje escribía en Twitter que iba a emprender “la que probablemente sea la única misión al Titanic este año, debido al mal tiempo”.
Harding dedicaba parte de su dinero a expediciones con cierto riesgo. Antes había conseguido entrar en el libro Guinness de los récords por sumergirse en la parte más honda de la fosa Mariana. Estuvo algo más de cuatro horas allí. También viajó varias veces al polo Sur. También viajó al espacio. Está casado y tiene dos hijos.
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