La secretaria de Ángel de Cabo, Susana Mora, reconoció ante el juez, de acuerdo con El Confidencial, que el expropietario de Marsans, Gerardo Díaz Ferrán, acudía con cierta asiduidad al despacho del actual dueño de la compañía, desmintiendo así la versión del expresidente de la CEOE, quien aseguró durante su interrogatorio que su relación con De Cabo fue única y exclusivamente para la venta de la empresa.
Susana Mora ha sido la imputada a quien menos fianza se le ha impuesto, 3.000 euros, que pagó en el mismo momento de su fijación, y que contrasta si se compara con los 50 millones de euros fijados a su jefe, los 30 millones de Díaz Ferrán y del administrador de Marsans, Iván Losada, o los 500.000 euros a cuatro testaferros de De Cabo, según el citado medio.
Díaz Ferrán, de su lado, intenta exculparse de todos los hechos en vez de reconocer que, en parte, Ángel de Cabo le engañó, como ya lo hizo con Gonzalo Pascual, a quien nunca llegó a pagar ni un solo euro de los ocho millones acordados, bajo manga. Las dos personas que tienen muchas claves de todo los sucedido son los dos hijos de Díaz Ferrán y Pascual, a quienes no se descarta citar a declarar en calidad de imputados para que puedan disponer de toda la seguridad jurídica, a tenor de toda la información que tienen en su poder.
Ángel de Cabo, mientras tanto, dio en 2011 su salto más grande, con Nueva Rumasa. Y para esta nueva adquisición llegó acompañado de Díaz Ferrán, que visitó al menos dos veces a José María Ruiz Mateos para convencerle de que la solución de Cabo, según El País, era perfecta para el atolladero en el que se había metido con una red de empresas en dificultades y una emisión de pagarés insostenible. Díaz Ferrán no solo hizo la recomendación. Así lo ha atestiguado Joaquín Yvancos, el hombre de confianza de Ruiz Mateos desde 1987. Díaz Ferrán presionó.
Poco antes, en la primavera de 2010, según Expansión, Gerardo Díaz Ferrán iba pidiendo dinero en la CEOE a los dirigentes y directivos con los que tenía más confianza. Muchos se negaban ante las peticiones de Ferrán, que solían rondar en torno a los 100.000 euros, pero otros sí aceptaron, aunque las fuentes empresariales consultadas por Expansión prefieren no decir nombres.
¿De verdad alguien ha cobrado por escribir esta noticia? Espero, sinceramente, que no sea así. Quien lo ha hecho no sabe redactar.
No entro en el fondo, sólo en la forma. Espero más de este medio.
... no dejo de preguntarme cuales medidas debería tener y cual composición, el paredón donde albergar a estas alimañas el día de su liquidación definitiva de la faz de la tierra, a fin de que dejen de hacer daño a la sociedad que ha tenido la desgracia de conocerlos y soportarlos.
ESTA CHUSMA, ESTA GENTUZA, ESTOS SUCIOS INDIVIDUOS EN PALABRAS SIMPLES Y FÁCILES DE COMPRENDER ¡DAN ASCO...SON REPULSIVOS!
Esperamos que se pudran en la cárcel. Que no salgan jamas.
Os habeis quedado bien...