Esta semana en Francia no será una semana normal: empiezan las vacaciones escolares de invierno y mucha gente probablemente pretenda pasar unos días de viaje, pero los inconvenientes son muchos. Entre otros paros, la Torre Eiffel estará cerrada por una huelga convocada por la CGT y Fuerza Obrera, dos sindicatos importantes con representación en Séte.
Los sindicatos denuncian la mala gestión financiera del monumento. Séte, que es la sociedad que explota la torre, es propiedad en un 99 por ciento por parte de la municipalidad parisina.
Según los representantes de los trabajadores, la sociedad gestora habría subestimado los costes de las obras de renovación de la torre y, por otro lado, las previsiones de ingresos fueron demasiado optimistas.
Lo importante es que todos los convocados a la asamblea de empleados votaron la huelga, que altera precisamente las vacaciones de los franceses.
El conflicto en la torre empezó en diciembre pasado, cuando ya hubo un paro. Los sindicatos dicen que la sociedad va a la ruina. En 2023 la torre fue visitada por 6,3 millones de personas, cerca del nivel de 2014 pero aún por debajo. Los franceses son los visitantes más frecuentes.
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