Sri Lanka, la antigua Ceilán, va de susto en susto. Una vez que se redujo prácticamente a cero la violencia tamil que afectaba sobre todo al norte de la isla, pero que tenía atentados terroristas en todo el país, el turismo creyó que iba a poder recuperarse. Pero después vinieron los atentados islamistas (Domingo de Pascua de 2019) que destruyeron la imagen duramente construida. Después, el Covid. En Sri Lanka las cosas no fueron peor que en el resto del mundo, pero tampoco fueron mejor.
Ahora, tras tantos años de calamidades, parecía que podríamos empezar a hablar de una recuperación estable, pero de nuevo el país entra en el caos. Este sábado, el Gobierno tuvo que declarar el estado de Emergencia Pública, que en la práctica significa la intervención militar y la imposibilidad de hacer turismo normalmente. La decisión tuvo lugar después de los violentos incidentes que tuvieron lugar delante del domicilio del presidente, Gotabaya Rajapaksa.
Los empresarios y trabajadores del sector turístico escucharon ayer la noticia atónitos. El turismo está muerto y las posibilidades de recuperarlo son mínimas.
Antes de los atentados de Semana Santa de 2019, el país recibía 2,3 millones de turistas anuales, que cayeron a unos pocos cientos de miles ahora. Encima, Sri Lanka tenía una fuerte dependencia del turismo ruso, hoy prácticamente desaparecido debido a los problemas para cambiar moneda.
El turismo en su mejor momento llegó a suponer el 4 por ciento del producto de Sri Lanka, empleando casi a medio millón de personas.
Uno de los países más bonitos del mundo y casi siempre tienen algo para no poder viajar con tranquilidad.
Veo que habéis cambiado la foto ! Eso está bien !