Los administradores concursales de Spanair reclaman a Destinia, y a otras 25 agencias de viajes, 800.000 euros por billetes que no fueron disfrutados, al declararse la quiebra de la compañía. Ante este hecho Destinia es tajante: no pagarán a Spanair la deuda que les reclaman. Así de contundente se ha mostrado Mónica Prieto, chief operating officer de Destinia, en una rueda de prensa orecida en la sede de Ceav.
Por su parte, Rafael Gallego, presidente de la confederación, manifestó su apoyo a Destinia por un hecho que considera “un disparate” y un “atentado contra los consumidores”.
Los hechos se remontan al 27 de enero de 2012, cuando la aerolínea cesó las operaciones. Según ha explicado Prieto, su compañía montó un gabinete de crisis para hacer frente a las reclamaciones de sus clientes y, durante los dos días siguientes, devolvieron el dinero de los billetes no disfrutados.
Una semana más tarde, Spanair difundió un comunicado en el que solicitaba a las agencias que remitieran el dinero a los administradores concursales en lugar de hacerlo directamente a los clientes. Según afirma Prieto, la Ley de Consumidores obliga a realizar la devolución directa a los clientes y fue eso lo que hicieron ellos.
Ahora, tanto Destinia como otras 25 agencias han sido demandadas por Spanair, exigiéndoles el importe de esos billetes que nunca se llegaron a disfrutar (Spanair reclama a 26 agencias pasajes vendidos y no disfrutados), hecho que desde Ceav y Destinia consideran un abuso y un disparate.
Rafael Gallego lamenta haber llegado hasta este punto, sobre todo porque desde la confederación se planteó la creación de un fondo entre la Administración, las aerolíneas y las agencias para hacer frente a las compensaciones económicas en caso de quiebra de la compañía, lo que fue rechazado por Aviación Civil. Además afirma que algunas grandes redes han pagado y que en total hay más de cien agencias afectadas, tanto en España como en el extranjero.
Considera injusto que sean las agencias de viaje las que tengan que pagar ahora por el error de una aerolínea, mientras su cúpula ha sido eximida de toda responsabilidad (Quiebra de Spanair: la Audiencia de Barcelona exonera a la cúpula de la aerolínea) cuando en realidad “obraron con mala fe porque continuaron vendiendo billetes hasta las cinco de la tarde, a pesar de saber que no iban a ofrecer el servicio”.
Lo misma historia que en ORIZONIA.