Hay que recordar que TUI, el primer turoperador europeo y el mayor del mundo, vive en un constante proceso de transformación. Antes de la pandemia algunos pensaban que podría seguir los pasos de su rival, Thomas Cook, porque el mundo Internet le ha afectado profundamente (TUI Spain: “Este año va a ser histórico en salidas garantizadas”).
Pero este año, sin embargo, las cosas van fenomenalmente bien, al menos en el último trimestre de 2023, nada propicio para los mayoristas, debido a que es pleno invierno. Sin embargo, TUI facturó 4.600 millones de euros, cosa que no había vivido jamás. Estas cifras permiten al grupo esperar que 2024 vaya a ser un año muy positivo.
No obstante, el negocio, como ocurre desde hace tiempo, viene de actividades atípicas o, al menos, no de la turoperación tradicional. TUI ha dicho que los beneficios vienen de los cruceros –en los que viene apostando desde antes de la pandemia—y de lo que llaman “empaquetado dinámico”, que consiste en la construcción de viajes a medida del cliente y, atención, empleando las low cost como modo de transporte.
Precisamente esta semana ha trascendido que TUI está a un paso de firmar la paz con Ryanair, la mayor low cost de Europa, tras la ruptura de relaciones impuesta por la irlandesa, que califica de piratas a las agencias (Las agencias de viajes buscan a la desesperada firmar con Ryanair).
También ha ido muy bien el negocio de TUI Musement, que es una división que se encarga de que los viajes sean ‘experiencias’, lo que sobre todo consiste en personalizar los detalles del viaje que se vende. TUI ha incrementado sensiblemente su negocio con Easyjet, lo que le permite atender a más viajeros con servicios más específicos que no son fácilmente transportables en sus aviones propios, con programas de vuelo no tan abundantes.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo