Los rusos toman el sol en la playa y vuelan en Boeing

No será Mónaco y no se podrán codear con lo más refinado de Occidente, pero desde luego, los rusos están tomando el sol en las playas del Mediterráneo como lo habían estado siempre desde que se abrieron sus fronteras. La guerra de Ucrania ha sido un obstáculo, pero no definitivo. Ni siquiera ha impedido que sigan usando los aviones Boeing, embargados en Occidente (Rusia esquiva el bloqueo: Aeroflot compra ocho Airbus A330).

Antalya, en Turquía, es hoy un bastión ruso, a donde vuelan sus aviones a diario. Igual que ocurre en los emiratos del Golfo, en Egipto, en Maldivas o en Tailandia.

Por ejemplo, el Boeing 767 de Azur no ha parado de acarrear turistas en un sentido y otro, desde Moscú, Novosibirsk y Kazan, tanto a Antalya como a Hurgada, en Egipto. Pero no es un avión: los 777 de Aeroflot enlazan sin problemas Moscú con Beijing, Estambul, Bangkok y Male, la capital de las Maldivas o en otro circuito, entre Moscú y Novosibirsk con Antalya, Estambul o Phuket en Tailandia.

Las prohibiciones occidentales siguen en vigor, pero evidentemente no se están cumpliendo. Por ejemplo, no se puede suministrar combustible a un avión ruso, lo cual obviamente no se respeta. Es verdad que los grandes repuestos de esos aviones no llegan a Rusia, pero las piezas de menor volumen están permitiendo que la flota, incluso la occidental, siga volando casi normalmente.