Primero fue el bloqueo a un barco de Tui la semana pasada en Ajaccio. Pero ahora tienen lugar manifestaciones que inicialmente no piden el fin de los cruceros sino su regulación. (Los nacionalistas corsos paran un crucero de Tui)
En la última, los cruceristas y los manifestantes se enfrentaron. Dos turistas austriacas que viajaban en un crucero dijeron que “no nos sentimos señalados por estos manifestantes. Podemos entender qué se siente. Nosotras hemos elegido un barco pequeño que tiene un motor híbrido”.
Los comerciantes de Ajaccio, por el contrario, apuntan a que los visitantes reportan beneficios. Stéphane Sbraggia, el nuevo alcalde de la ciudad, ha iniciado un amplio ciclo de consultas para adoptar una postura en el futuro.
Los manifestantes, en parte integrantes del movimiento independentista corso, dicen que “por qué hay que dar la bienvenida a estos barcos. Los hay más pequeños y menos contaminantes”. Las quejas apuntan a que hay un aumento importante de los cruceros, pasando de los 126 en 2019 a más de 220 este año sólo en Ajaccio.
Según publica L’Echo Touristique, un portal francés especializado, la Cámara de Comercio de Córcega del Sur, que administra el puerto, no confirmó estas cifras.
Por su parte, Muriel Segondy, activista por el medio ambiente, dijo que “en un futuro inmediato estamos pidiendo controles de combustibles y que el Mediterráneo se convierta en un espacio de emisiones controladas” para reducir el azufre de los combustibles.
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