Finales de enero: en un ataque de ecologismo, Christian Estrosi, el alcalde de Niza, en su calidad de presidente de la región metropolitana que comprende varios puertos como el de Villefranche sur Mer, prohíbe todos los cruceros de más de 900 pasajeros que son la casi totalidad. Primeros de marzo: en un ataque de sensibilidad electoral, da marcha atrás (Niza, primer puerto que prohíbe los cruceros al 100% de más de 900 pasajeros).
La región de Niza tiene en VIllefranche su gran puerto, donde amarran los barcos grandes. Pero los pequeños, los de en torno a 500 pasajeros, los verdaderamente lujosos, estos sí caben en Niza y no estaban prohibidos.
La medida provocó una riada de protestas, desde los taxistas a los comerciantes, de los municipios portuarios a los profesionales marítimos. Por supuesto, los ecologistas lo celebraron (Protestas en Niza contra la prohibición de cruceros).
Ahora, según publica L’Echo Touristique de Francia, el alcalde ha renunciado a la medida. Se mantiene una reducción del número de escalas que ahora, con la modificación, habrá casi 90 escalas de grandes cruceros en Villefranche, de los cuales veinte son megacruceros.
Niza, por su parte, seguirá con sus cruceros de lujo, pero para hasta 450 pasajeros. Habrá 125 escalas de las que únicamente diez serán de más de estas dimensiones.
Los ecologistas podran celebrar que un barco de estos deje de navegar, pero celebrar que no se les permita atracar en un puerto no vale absolutamente de nada pues esos barcos seguiran navengando a pleno rendimiento a otros puertos del planeta, con lo que si lo celebran es por puro egoismo ecologico y con una falta de conocimientos total sobre la materia.
Hay cosas como esta de los cruceros que se deberian regular para no molestar mucho a la poblacion residente en esos puertos, pero tampoco se puede perjudicar a la poblacion que vive de lo que genera un crucero cuando toca un puerto.
Ay que golosos son los votos eh!!!!