No es oro todo lo que reluce en el turismo

Por Miguel Mesquida

Madrid. 23/6/11.- Se han dado a conocer este pasado miércoles los datos de visitas de los últimos cinco meses y ese 7 y pico por ciento de aumento anunciado por el ministerio ha tenido su lógica repercusión en todos los medios informativos, aunque los especializados deberían ser más concisos al respecto. Sin duda, hay motivo para la alegría porque los incrementos siempre producen satisfacción y esa cifra no es poca cosa, sobre todo si tenemos en cuenta la difícil etapa por la que está pasando nuestro país por culpa de un Gobierno central que rema en sentido contrario.

La recuperación del turismo extranjero es un hecho, en especial en el archipiélago canario, que como adelantamos aquí en su momento acabaría absorbiendo una buena patre de los clientes que no estaban dispuestos a vacacionar en destinos calientes como Egipto y Túnez, entre otros.

Pero es una recuperación relativa, ya que se trata de un turismo prestado --no lo olvidemos-- por lo que no hay que lanzar las campanas al vuelo, y habrá que ver qué sucede con esta clientela cuando se acabe el conflicto en el norte de África, aunque no tiene visos de recuperación.

La temporada alta va a ser buena en general en los destinos peninsulares y en el archipiélago balear y también en el canario, aún cuando éste se halle en temporada baja, pero será mala para el turismo emisor español y también para el turismo de ciudad y de negocios.

En el manifiesto del Instituto de la Empresa Familiar hecho público este martes, rotundo y conciso sobre la situación de nuestro país, llama la atención el apartado que hace referencia al turismo y a la situación de nuestra industria, que solo “evoluciona favorablemente en el segmento extranjero”.

Se especifica bien a las claras en el citado manifiesto del Instituto que preside Isak Andic y del que forma parte Simón Pedro Barceló, copresidente de Barceló, que “los hoteles urbanos para turismo de negocios o el sector dependiente del turismo nacional continúa estancado o retrocediendo”.

Por otro lado, la marcha de las reservas de nuestros dos principales mercados se han detenido en las últimas semanas, y en especial en Alemania, como consecuencia de la inevitable subida de precios para julio y agosto, por lo que al final habrá que ver más la cuenta de resultados que las visitas.

No es oro, pues, todo lo que reluce en el turismo, aunque para nada hemos de ser pesimistas porque el comportamiento del año va a ser bueno en líneas generales, mejor que el pasado, aunque no tan extraordinario como nos presentan las autoridades y su patulea de pastueños.