Entre un 5% y un 20%, según el caso, es lo que están cobrando hoy por hoy de comisión la mayoría de los portales P2P (Peer To Peer o entre particulares) en los que se anuncian y comercializan alojamientos turísticos de todo el mundo. Estas webs, en el ojo del huracán de la polémica por la oferta ilegal de alojamiento, imitan ya tanto el modus operandi como el modelo de negocio de las agencias de viajes online u OTAs, nivelando sus ‘fees’ con los de éstas.
Las webs que promocionan establecimientos no turísticos para turistas “tienen comisiones iguales o superiores a las agencias tradicionales y en línea con las online como Booking.com o Expedia por conceptos como ‘prepago no reembolsable’ o ‘gastos de gestión’”, ha señalado a preferente.com un experto en distribución hotelera, que lamenta que estas compañías “son las que más daño hacen al turismo tanto a nivel comercial como de imagen”. En el presente, Booking.com cobra a los hoteleros entre un 15% y un 25% de cada reserva, mientras que Expedia carga un 22% de promedio.
Preferente.com ha analizado las condiciones de reserva y venta de algunos de los principales portales existentes, que tienen actividad en España. El más popular de estos sitios web, Airbnb, aplica una comisión de reserva de hasta el 12% a los clientes finales, además de cargar un 3% sobre el total de la venta al propietario de la vivienda en renta.
En FlipKey los huéspedes pagan entre un 5% y un 10% de fee y los propietarios pueden elegir entre entregar a la web un 3% de cada reserva o pagar una tarifa anual de 299 euros por anuncio. Algo parecido ofrece HomeAway, que no cobra nada a los turistas pero sí pide una suscripción anual de entre 129 y 649 euros más un 3% sobre cada transacción con tarjeta de crédito.
En HouseTrip la comisión al reservar se sitúa entre el 10% y el 20% e igualmente se pide un 3% al dueño de la casa que se alquila. AlterKeys asegura que su comisión media es del 10%, con un máximo del 15% sobre el precio del alojamiento que se cobra en todo caso al dueño de la vivienda, mientras que Wimdu emite al proveedor una factura por cuota de gestión del 3% y en paralelo se queda el 12% de la tarifa que desembolsa el cliente final.
Gloveler, por su parte, cobra el 15% al huésped, Zen Rentals el 10%, Niumba menos de un 6% de media y Roomorama entre el 8% y el 12% según la duración de la estancia. En cambio, ni en Way to Stay ni en 9Flats o Bedycasa se carga nada directamente al turista, aunque el propietario del inmueble sí que debe pagar un 15% sobre el total de la reserva en los dos últimos casos y un porcentaje variable en el primero.
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El tema de lo que se llama los alquileres turísticos es algo a estudiarse muy detenidamente y en su caso controlarse y regularse muy bien.
Regiones como Baleares hace tiempo que empezaron con el debate sobre el techo poblacional. Sus infraestructuras, su nivel de calidad de vida, el no estar demasiado masificadas depende de un equilibrio entre el número de habitantes residentes y visitantes de forma que la suma de ambos no supere ciertas cantidades o niveles.
Se ha congelado la creación de nuevas camas turísticas en enclaves de sol y playa, y se crece levemente sólo con pequeños establecimientos "boutique"; EL CRECIMIENTO EN NÚMERO DE NEUVAS CAMAS ESTÁ CONTROLADO.
Pero imaginen, con la gran cantidad de casas vacías y viviendas sin vender que hay, que esas se transformen en esas pseudo camas hoteleras.
Si la vivienda desocupada, vacía o en venta masivamente pasara a ser alojamiento turístico en un momento dado en una zona o región por ejemplo de 1 millón de visitantes se podría pasar a 1.500.000 o más.
Imaginen, playas en agosto más llenas, carreteras más atascadas con coches de alquiler, más basura y residuos urbanos que tratar, etc. El modelo turístico de zonas tranquilas o de buscar salirse cuando se pueda del turismo de masas hacia un turismo de más calidad se tambalearía.
Si entran de golpe, todas estas viviendas, los precios de los alquileres de todos los ciudadanos residentes subirían de precios, y los propietarios e inmobiliarias que verían un nuevo negocio y rentabilidad empezarían a comprar, dando lugar a subida de precios de la vivienda (sin haber aumento de los sueldos) y las constructoras pudieran ver un nuevo filón para llenar nuestras costas con más cementos de viviendas para alquilar los meses de verano, que no son viviendas pensadas, o no está situadas en poblaciones, para residir cómodamente todo el año.
Todo este fenómeno no se ha estudiado aún, y cada vez es más similar en su operativa, comisiones, canales al modelo hotelero. Hay que estar en alerta para que una posible oportunidad no se transforme en un desastre o nuevo BOOM de esos cíclicos que tanto molan en España y que al final tienen terribles consecuencias.
Hay que analizar varios temas diferenciados
1 es si se debe autorizar y como se controla la legalización de los alquileres temporales de viviendas de uso residencial. Creación de un registro y pago de Impuestos
2 Los "comercializadores", o intermediarios, que responsabilidades tienen en la oferta y la realización del contrato , ya que si cobran por insertar un anuncio son un meros escaparate , pero si cobran una comisión son una Agencia de alquiler , con lo que entran en conflicto con las agencias inmobiliarias y las agencias viajes. Las dos reguladas y bajo autorización administrativa para el ejercicio de la actividad.
respecto a la oferta
Si tienes una segunda vivienda que solo usas unos meses al año y la pones en alquiler el resto. Esa vivienda ya requiere un servicio de recogida de basuras, carretera alcantarillado etc... y paga por el, por lo que no es realista decir que esas viviendas aumentarían el numero de veraneantes o crearían un colapso del área donde están ubicadas. Ya están ahí.
Lo que si se creía , si se legalizan, es mayor recaudación vía impuestos y una oferta controlada , lo que daría estabilidad al destino y una garantía al turista.