La irrupción del fenómeno low cost en el sector ferroviario español ha desplomado los precios en los últimos años de forma considerable. El último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) revela que “se redujeron en torno al 40% en las rutas donde la competencia entre tres operadores (Ouigo, Iryo y Renfe) comenzó en 2022” (AVE, Ouigo, Iryo y Avlo: así marcha la guerra de precios).
Por ejemplo, en el corredor sur han caído “entre el 10% y el 24% en función de las rutas”. Los resultados estuvieron en línea con los de otros países europeos, ya que “las empresas adaptaron sus tarifas y ofrecieron servicios básicos muy económicos y tarifas especiales para niños”.
La caída de los precios tiene cierto sentido si tenemos en cuenta que la oferta de plazas se incrementó un 60% y las frecuencias diarias pasaron de 76 por sentido en 2019, a 118 en diciembre de 2023 en los tres corredores liberalizados. Un 42% de los usuarios de los servicios comerciales pudieron elegir entre tres operadores para sus viajes, y un 19 %, entre dos. Para el 33% restante, Renfe continuó siendo la única opción.
Las agresivas campañas de precios adoptadas por los nuevos actores privados han sido muy criticadas, especialmente por el ministro Óscar Puente. El responsable de Transportes, firme defensor de Renfe, mantiene una guerra abierta contra el operador estatal francés, al que acusa de “dumping”, y de hundir los márgenes de Renfe.
Y es que, pese a que Ouigo e Iryo consiguieron transportar 10,6 millones de pasajeros en el conjunto del año, han registrado resultados económicos negativos. La CNMC explica que “la entrada en el mercado ferroviario es costosa y no pueden esperarse beneficios en los primeros ejercicios, menos aún con la coyuntura desfavorable de las restricciones a la movilidad y los costes de la energía”.
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